lunes, 6 de diciembre de 2010

EGOCENTRISMO INFANTIL

El egocentrismo, concepto utilizado en el ámbito de las teorías del desarrollo, fue muy utilizado por Jean Piaget (1923) para referirse a la dificultad que tienen los niños para situarse en una perspectiva distinta a la suya.
Se trata de una etapa natural y propia del niño en sus primeros meses de vida, cuando pasa del mundo de las sensaciones puras -en las cuales sólo existe para sí mismo- y empieza a descubrir al "otro" en la figura de la madre, y de ahí a interesarse cada vez más por el mundo exterior. Pero estar en contacto con los otros y ser parte de la vida familiar y social, tiene un precio y es el descentrarse cada vez más de sí mismo, de lo que se desea para combinarlo con las expectativas de los otros.
Piaget aplica el carácter egocéntrico al pensamiento pre – operatorio y lo distingue tanto de la inteligencia práctica del senso – motor como del pensamiento conceptual propio de las operaciones concretas.-

En esta etapa el niño tiene tendencia a sentir y comprender todo
 a través de él mismo, le es difícil distinguir lo que pertenece al mundo exterior y a las otras personas y lo que pertenece a su visión subjetiva, por lo mismo, tiene dificultad para ser conciente de su propio pensamiento.-

Piaget dejó en claro, a través de experiencias sencillas, la dificultad que tienen los mismos de diferenciar el propio yo del mundo    exterior.

El pensamiento infantil en esta etapa puede manifestarse bajo diferentes formas:


a.   Fenomenismo: Es la tendencia a establecer un lazo causal entre fenómenos que son visto como próximo por los niños.-
b.   Finalismo:
Cada cosa tiene una función y una finalidad que justifican su existencia y sus características.-

c.   Artificialismo: Las cosas se consideran como producto de fabricación y voluntad humana.-

d.   Animismo: Tendencia a percibir como vivientes y concientes cosas y fenómenos inhertes.-
Primeramente observamos un egocentrismo que se manifiesta en el habla de los pequeños y que consiste en hablar tan sólo de sí mismo, en no interesarse por el punto de vista del otro, ni situarse en relación con él. Son los frecuentes monólogos (solitarios o colectivos) de los niños, que muestran, según Piaget, la existencia de este habla egocéntrica.

Pero el autor también señala otras situaciones sociales en las cuales los niños de cuatro y cinco años demuestran esa dificultad para descentrarse; por ejemplo en los juegos que se rigen por reglas, donde el niño juega para sí, sin confrontar o discutir las reglas.

La incapacidad para considerar el punto de vista del otro y la tendencia a tomar el suyo como el único posible, está íntimamente ligada a la tendencia que los mismos niños tienen a centrarse en un sólo aspecto de la realidad, el que están percibiendo, y a su dificultad para considerar las transformaciones que permiten pasar de su punto de vista al de los otros.

1 comentario:

  1. El tema del egocentrismo me parece muy interesante porque una de las manifestaciones de los niños pequeños es de no compartir sus cosas, no saben convivir con otros pequeños, piensan que todas las cosas son de ellos. es un buen blog porque nos informa el porque y las etapas en que se manifiesta.

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